Este bangladesí se transformaría en el padre de los microfinanzas llevando su emprendimiento a una gran escala. Fundó el Banco Grameen, donde ofreció pequeños créditos a personas que no cumplían con los tradicionales requisitos bancarios, haciéndolas además accionistas de la propia institución.
Muhammad Yunnus (1940), de familia emprendedora, realizaba sus clases de teoría económica en la Universidad de Bangladesh con gran satisfacción; sin embargo, su tranquilidad se desplomaba cuando salía del campus, pues se encontraba con una realidad completamente diferente: pobreza, hambre y desolación.
Corría el año 1974, y Yunnus -que realizaba habituales paseos por la ciudad- continuaba tratando de responder la pregunta que tanto le aquejaba: ¿Cómo evitar que los habitantes de Jobra continúen en el círculo de la pobreza si ni los bancos les prestan dinero?. Finalmente, en uno de los recorridos observando a tejedoras indigentes, tomó la decisión.
Elaboró una listado de 42 personas que no adeudaban más de 27 dólares y decidió pagárselas bajo las únicas condiciones que se dedicaran a sus trabajos y que devolviesen el dinero cuando pudiesen. Para sorpresa muchos –no especialmente para Yunnus- ese “pequeño empujón” derivó en que muchas de las tejedoras salieran adelante de sus dificultades económicas
Lejos de terminar acá, el bangladesí se transformaría en el padre de los microfinanzas llevando su idea a gran escala. Fundó el Banco Grameen, donde ofreció pequeños créditos a personas que no cumplían con los tradicionales requisitos bancarios, haciéndolas además accionistas de la propia institución.
En la actualidad, el denominado “banco de los pobres” está presente en 38 mil aldeas de Bangladesh a través de 22 mil empleados que han realizado préstamos a 2,3 millones de personas y con una sorprendente tasa de 97% de devoluciones.
El máximo reconocimiento de la labor social Yunnus llegaría en 2006 con la entrega del Premio Nobel de la Paz por su mérito en la “lucha por una economía justa para las clases pobres”.
Actualmente, Muhammad trabaja en un proyecto que busca entregar patentes comerciales en desuso por las grandes empresas a organizaciones sociales de países en vías de desarrollo.
Fuente: Emprende.cl