Un contrato de trabajo es el pilar fundamental que regula la relación entre empleador y trabajador. Su correcta redacción garantiza el cumplimiento de la normativa laboral Y previene malentendidos que puedan desencadenar conflictos.
Por eso y más, es vital que este documento sea claro, completo y refleje con precisión las condiciones laborales pactadas.
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El contrato parte por parte
Lo primero que debe incluirse es la identificación de las partes.
Tanto el empleador como el trabajador deben estar plenamente identificados con nombres completos, RUT (o equivalente) y direcciones. Este detalle puede parecer simple, pero cualquier error en esta sección podría invalidar el contrato.
Un punto esencial es la descripción del puesto de trabajo.
Aquí se especifican las funciones que desempeñará el trabajador, el cargo asignado y el lugar donde realizará sus labores. Una descripción vaga puede generar confusión respecto a las responsabilidades asignadas, lo que impacta directamente en el rendimiento laboral.
Otro aspecto crucial es la duración del contrato.
Debe señalarse claramente si se trata de un acuerdo a plazo fijo, indefinido o por obra o faena. La falta de claridad en este punto puede generar incertidumbre en el trabajador y problemas legales para el empleador.
La jornada laboral también debe detallarse.
Es fundamental incluir los días y horas de trabajo, así como los tiempos de descanso y colación. En modalidades como el teletrabajo, resulta indispensable establecer las condiciones específicas, considerando la flexibilidad que esta implica.
La remuneración debe ser transparente.
El contrato debe reflejar el sueldo bruto, y si corresponde, detallar bonos, comisiones u otros beneficios. Además, es importante especificar la forma y fecha de pago. Esto da certeza al trabajador y evita malentendidos al momento de recibir su salario.
¿Sólo eso?: Los «pormenores» que también son relevantes
Un buen contrato también aborda los beneficios adicionales, como seguros complementarios, asignaciones y viáticos.
Asimismo, debe incluir las políticas relacionadas con vacaciones, permisos y licencias. Estos detalles son esenciales para mantener una relación laboral fluida.
Las cláusulas especiales no deben quedar fuera. Acuerdos de confidencialidad o cláusulas de no competencia, cuando correspondan, son indispensables para proteger los intereses del empleador. Sin embargo, deben redactarse con cuidado para evitar que sean consideradas abusivas.
Por último, no puede faltar la firma de ambas partes. Este simple acto valida el contrato y formaliza la relación laboral. Sin embargo, la entrega de una copia al trabajador también es clave, ya que garantiza su acceso al documento en caso de necesitarlo.
Un contrato bien elaborado no solo evita problemas legales, sino que fomenta un ambiente laboral transparente y profesional. Emprender y crecer como empresa requiere cuidar estos detalles. No dejes que un mal contrato detenga el éxito de tu negocio. Si tienes dudas, busca asesoría.
Recuerda que si tienes alguna duda nos puedes enviar un mensaje vía WhatsApp, al +569 6450 0000. En Emprende.cl te podemos ayudar en todo el proceso de tu negocio; cuéntanos tu idea de negocio y te orientamos en cada uno de los pasos mencionados.