El mercado cambia con el tiempo, los consumidores evolucionan hacia nuevas tendencias y los negocios se adaptan a ellos. Es así como nace el concepto de economía de la experiencia.
¿Economía de la experiencia?
Según esta tendencia, si las empresas quieren posicionarse dentro de las preferencias del público, deben ofrecerles experiencias de compra, ya que los productos son tangibles y desechables, mientras que las experiencias son memorables y pueden ser asociadas afectivamente. Es decir los clientes buscan consumir en negocios que le generen emociones, no solo en los que puedan obtener el producto que buscan.
¿Vender experiencias?
El concepto de vender experiencias lo tienen dominado rubros como los del entretenimiento y las artes, sin embargo los negocios más innovadores han adaptado sus propuestas de valor para que el servicio tenga un sello propio que apele a la emocionalidad de sus clientes. Así la persona asociará al negocio a una emoción y la próxima vez que tenga que tomar una decisión de compra, recordará el sentimiento agradable y volverá.
Estas experiencias de compras se construyen desde pequeños gestos como la música, la atención, los olores o el trato al cliente, hasta grandes estrategias como el plantear todo el negocio centrado en el usuario.
Según los expertos en el tema, las experiencias del cliente se separan en 4 categorías:
• Entretenimiento (sentir): La persona absorbe toda experiencia a través de los sentidos de forma pasiva como ocurre al escuchar música, ver una película o un espectáculo. Buscan entretenerse, pasar el rato, disfrutar sin tener que participar activamente.
• Educativo (aprender): Involucra la mente del visitante (si se trata de una actividad intelectual) o su cuerpo (en el caso de un aprendizaje físico). La mente recibe de forma positiva estos estímulos siempre y cuando se enseñe de forma ligera y didáctica.
• Escapista (hacer): Es lo contrario a la del entretenimiento, la persona toma una actitud activa frente al estímulo, al cual se sumergen completamente. Como por ejemplo, en la práctica de deportes extremos o en los casinos.
• Estética (ser-estar): Implica la observación y disfrute del entorno físico de un lugar, por lo que la belleza del negocio juega un rol fundamental como en cafeterías, bares y todos los negocios que tengan un local físico en general.
Después de leer esto, es importante que te cuestiones algunos aspectos de tu negocio ¿Cuál es la experiencia que le brindas a tus usuarios? ¿Cómo podrías mejorar tu negocio para ofrecer una experiencia que tus clientes valoren?
El mercado cambia y no queremos que te quedes atrás, adapta tu negocio para poder llegar a estos nuevos consumidores ¡Mucho éxito!