Cerrar un negocio no es fácil, pero hacerlo bien evita dolores de cabeza. Con las normativas vigentes, disolver Sociedades de Responsabilidad Limitada requiere seguir ciertos pasos legales. Aquí te explicamos cómo hacerlo sin perder la paciencia.
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Un adiós sin dolor para las sociedades
1. Antes de cualquier acción, revisa el contrato de la sociedad. Ahí se establecen las condiciones para disolverla. Si no dice nada, aplican las reglas generales del Código de Comercio y la Ley sobre Sociedades.
2. Todos los socios deben aprobar la disolución. Esto se hace en una junta extraordinaria, donde se firma un acta que oficializa la decisión. Si no hay consenso, puede ser más complicado y tal vez necesites asesoría legal.
3. La disolución debe formalizarse en una escritura pública. Este documento incluye:
- El acuerdo de los socios.
- La designación de un liquidador (si aplica).
- Los motivos de la disolución.
Un abogado o notario puede ayudarte a redactarlo correctamente.
4. La escritura debe inscribirse en el Registro de Comercio y publicarse en el Diario Oficial dentro de los 60 días siguientes. Esto informa al público y a las instituciones sobre el cierre de la empresa.
5. Si la sociedad tiene activos o deudas, un liquidador se encarga de repartir los bienes entre los socios y pagar lo que se debe. Si no hay deudas ni bienes, este paso puede omitirse.
6. Avisa al Servicio de Impuestos Internos notificándolo mediante el formulario 2121. Esto asegura que no queden pendientes tributarios y que el RUT de la empresa quede inactivo.
7. Para evitar problemas futuros, cierra las cuentas bancarias, cancela contratos con proveedores y notifica a clientes sobre el fin de la empresa.
¿Listo? ¡Fin de la historia!
Seguir estos pasos garantiza una disolución ordenada. Hacerlo bien evita problemas legales y tributarios. Si el proceso se complica, siempre es buena idea buscar ayuda profesional.
Disolver una empresa no es el fin, sino el comienzo de nuevas oportunidades.
¡A emprender de nuevo!
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