Emprender es muy apasionante, es fácil dejarse llevar por la emoción del momento en que te atreves a hacerlo, sin embargo, muchos proyectos fracasan por lanzarse a la piscina, sin tener un buen plan de respaldo, por lo que si aun no comienzas tu emprendimiento o estás en las primeras semanas de este, te recomendamos que respondas estas preguntas antes y así asegurarte de la factibilidad de tu negocio y cometer los menores errores posibles.
1. ¿Soy viable como empresario?
Esta pregunta es clave, sin embargo es la que menos se plantean las personas al decidir emprender. Es necesario evaluar con honestidad las habilidades, gustos y puntos débiles, antes de determinar si sería buena idea convertirse en emprendedor. Por ejemplo, si el potencial emprendedor le cuesta comunicarse o es muy tímido, será difícil que lleve un negocio donde necesita relacionarse comercialmente con muchas personas.
De todas formas, ten en cuenta que muchas habilidades importantes se aprenden en el camino, por lo que con voluntad puedes mejorar y cubrir tus falencias.
2. ¿En qué consiste mi idea de negocio?
Lo segundo más importante, después de saber si eres viable como empresario, es saber si tu empresa será factible. Para poner en marcha una empresa es fundamental tener clara la idea de negocio y conocer la materia.
Si quieres buscar financiamiento o vender tu proyecto, lo básico es que puedas describir el producto o servicio que vas a ofrecer, analizar para quién está pensado, por qué será valorado por los potenciales clientes y cuál será el modelo de negocio. Una vez que tengas respondidas estas interrogantes, te podrás dar cuenta si el emprendimiento tiene posibilidades reales de arrancar.
3. ¿Lo que ofrezco una necesidad o busco crearla?
Luego de analizar las bases de tu negocio, debes enfocarte en estudiar al mercado que te dirigirás, otro punto muy importante en el análisis de viabilidad.
Estudia si hay un mercado para lo que vas a ofrecer, si puedes ocupar un espacio en dicho mercado y en caso contrario, si es que puedes crear la necesidad que vas a cubrir, aunque cuidado, no es fácil despertar un nuevo interés en los consumidores, más aún en empresas no tan grandes. Mejor enfócate en hacer bien lo que tus competidores hacen mal.
4. ¿Cómo es mi cliente objetivo?
Ya analizamos al emprendedor, el negocio y el mercado. El siguiente paso es conocer al cliente, para esto, debes averiguar si existen potenciales consumidores dispuestos a pagar por lo que vas a ofrecer y quiénes son, dónde viven, qué hacen y por qué comprarían tu producto o servicio.
Tal vez hacer una investigación de mercado puede sonar difícil de realizar, pero hay muchas formas simples y económicas de hacerlo, partiendo por buscar estudios o información por Internet, observar cómo se comportan tus potenciales consumidores con tu competencia, hacer encuestas y entrevistas a personas que puedan ser potenciales clientes, pero recuerda que es muy importante que esta investigación se haga con personas «con nombre y apellido». No supongas el estado del mercado sin haberlo conocido antes a través de personas reales que constituyen parte de este, ya que se pueden suponer muchas aseveraciones que aplicadas en la realidad no son tal, además entre más detalles conozcas de tu futuro público, mejor.
5. ¿Cuáles son mis ventajas competitivas?
Siempre van a haber competidores en el segmento del mercado que estés, identifica quiénes son, cómo puedes capturar sus clientes y qué deficiencias tienen que tú puedes mejorar. Al igual que con el público, es tan importante conocer la competencia como a tu propio negocio.
Para hacer esto, solo necesitas compromiso, por ejemplo, conviértete en un comprador ficticio para conocer sus estrategias de ventas y atención al cliente o pregunta a través de sus redes sociales para hacer un pequeño espionaje.
Este análisis de competencias tiene un doble objetivo: demostrar que las ventajas competitivas que tenías en mente son viables y además, descubrir falencias del competidor, las cuales puedes explotar y convertir en nuevos diferenciadores para tu negocio. Recuerda que para destacarte por sobre tu competencia, debes aportar una propuesta de valor distinta, ya que no le podrás quitar una cuota del mercado haciendo exactamente lo mismo.
6. ¿Qué necesidades técnicas y financieras tengo?
Es genial tener una idea clara para emprender y conocer el mercado en el que te desarrollarás, pero llega el momento de llegar a lo más concreto y analizar los recursos que necesitarás para montar tu negocio y cómo podrás conseguirlos.
Qué tecnologías necesitarás para producir, cuántos colaboradores tendrás que contratar, qué parte de la cadena de valor puedes subcontratar, qué licencias necesitas y cuánto dinero te hace falta para empezar, son cosas que debes definir para no cometer errores fatales en los primeros meses.
Todo esto se traduce luego a un plan financiero con una previsión de los ingresos y gastos que tendrás. Te recomendamos que seas exhaustivo a la hora de hacer este análisis porque las previsiones normalmente se parecen poco a la realidad y tendemos a olvidar gastos y a magnificar los ingresos.
7. ¿Es una idea con capacidad de evolucionar?
Los negocios, como la sociedad, se adaptan a la realidad. Muchos negocios han sufrido grandes daños porque no han sabido evolucionar, como pasó con Blockbuster, luego de la aparición de Youtube y Netflix o con Kodak, luego de la revolución de la fotografía digital.
Pregúntate si tu idea de negocio puede sobrevivir si las condiciones actuales cambian, proyéctalo a 10 años más, piensa en cómo podrías re inventarlo para alcanzar un nuevo nivel si es necesario en un tiempo más.
Después de tener claras estas preguntas, podrás decir con propiedad que estás listo para emprender y que ya puedes dar tu primer paso. Ten en mente, que a pesar de todo siempre está la posibilidad de fracasar ¡Pero tranquilo! Tampoco es el final del mundo si sucede, habrás aprendido tanto de los errores que tu próxima aventura será más exitosa solo por las experiencias que viviste.
Mucho éxito y recuerda que en Emprende.cl te ayudamos a dar los primeros pasos de tu emprendimiento.