Luego de barajar la opción de los vinos –descartada por su mayor costo- apostó todas sus fichas al agua mineral. El negocio tenía buenas perspectivas: costos de producción relativamente bajos y un mercado donde existía un gran margen para el crecimiento. De hecho en el 2000 los chilenos consumían 4 litros en promedio, versus los 25 litros en argentina y 50 en gran parte de Europa.
Sólo hace pocas semanas, uno de los líderes mundiales del emprendimiento, Robert Kiyosaki llegaba a Casa Piedra para hacer una inédita presentación en el marco de la Cumbre Latinoamericana de Emprendimiento. El salón se encontraba repleto de entusiastas emprendedores –parecía más bien un coaching del lobo de Wall Street interpretado por DiCaprio- que clamaban por la presentación del hawaiano; pero antes de eso, expondrían tres emprendedores chilenos exitosos, el segundo de ellos era Marcelo Guital.
Todo hacía presagiar que la presentación sería igual de tibia que la primera, pero no; Guital comenzó su charla describiéndose como uno de los emprendedores más exitosos del mundo, lo que aleonó a los espectadores y generó un aplauso cerrado. Así es Marcelo Guital, un emprendedor que siempre entendió el valor la actitud.
De Viña a Benedictino
En contra de cualquier pronóstico, Guital no era bueno en los estudios, de hecho no tiene título profesional ya que no terminó su carrera. Pero a pesar de esto, estaba claro que era bueno en los negocios, ya que en tercero medio ya percibía más ingresos que su propio papá por un quiosco que tenía en Reñaca.
Antes de darle justo en el clavo, este emprendedor probó con ferias, con un negocio de motos enduro y también de trabajador dependiente como gerente de una empresa de computación (lo terminaron echando), llevando a cuestas además, varias iniciativas que terminaron en la quiebra. Guital quería emprender, pero no tenía claro en qué.
Lo primero que hizo fue determinar el sector productivo en que se desarrollaría. Como Guital quería dinero, decidió que su ámbito de negocios fuera el retail, donde según él siempre ha existido un mayor flujo de dinero. En ese momento, Guital estaba convencido que la gran mayoría de la gente estaba dispuesta a pagar un poco más por la calidad de los productos.
Así, luego de barajar la opción de los vinos –descartada por su mayor costo- apostó todas sus fichas al agua mineral. El negocio tenía buenas perspectivas: costos de producción relativamente bajos y un mercado donde existía un gran margen para el crecimiento. De hecho en el 2000 los chilenos consumían 4 litros en promedio, versus los 25 litros en argentina y 50 en gran parte de Europa.
Junto a tres socios juntaron cerca de US$500 mil y montaron el anhelado negocio. Muy por sobre los pronósticos, lograron un 5% de participación de mercado durante el primer año y un impresionante 20% en el tercero. Por eso a nadie le sorprendió cuando lo vendió por más de US$5 millones a Coca Cola.
Lejos de terminar con sus emprendimientos, sería el punto inicial para muchos más, tras fundar Guital & Partners –dedicada a asesorar emprendimientos de mediana y gran escala- comenzó a producir una serie de productos que tendrían como denominador común la innovación y la carácter de saludable.
Algunos de estos son los snack de frutas deshidratadas y paltas listas para consumir. También ha logrado gran éxito en la comercialización del té Arizona y con la venta de café Juan Valdés en los supermercados.
Fuente: Emprende.cl