Las cadenas de suministro de manufactura están viviendo una transformación y Latinoamérica está en la mira del comercio global.
De acuerdo a los datos recopilados por el informe Global Trade in Flux de Citigroup, factores económicos, geopolíticos y tecnológicos están impulsando estos cambios. Entre ellos destacan el riesgo de concentración, el alza del proteccionismo económico y la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
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¿Cuál es el potencial en desarrollo de Latinoamérica?
El informe señala que habrá una mayor demanda para diversificar la producción y reducir la dependencia de importaciones desde China. Sin embargo, este cambio no será inmediato.
Las políticas industriales chinas, aunque impactantes, operan con un efecto tardío. Esto permite que otras economías asiáticas y latinoamericanas aumenten su participación en el mercado global.
A pesar de estas oportunidades, Latinoamérica enfrenta un desafío persistente: diversificar sus exportaciones más allá de materias primas. Las inversiones chinas, aunque significativas, siguen concentrándose en sectores extractivos como la minería y la energía:
- Un ejemplo emblemático es el megapuerto de Chancay en Perú, construido por Cosco Shipping Ports (compañía china). Este, agiliza el transporte de minerales como el cobre hacia Asia.
Friendshoring y nearshoring como estrategias
Citigroup destaca que América Latina podría beneficiarse del friendshoring: una estrategia que prioriza cadenas de suministro en países aliados política y económicamente. Este enfoque es clave para fortalecer lazos con Estados Unidos, Europa y otras economías asiáticas.
Empresas transnacionales ya están adoptando el nearshoring, reubicando sus cadenas de producción en mercados más favorables. México es un caso destacado, atrayendo compañías chinas debido a los aranceles estadounidenses impuestos durante la primera administración de Donald Trump. De hecho, con su regreso al poder, esta tendencia podría intensificarse.
México enfrenta retos adicionales. La reforma judicial, que establece la elección popular de magistrados, ha generado incertidumbre entre los inversionistas extranjeros. Aunque defendida por el gobierno mexicano, esta medida ha sido criticada por socavar la independencia judicial.
Revilla sugiere que esta reforma puede dificultar el nearshoring en México, especialmente en el contexto de la renovación del T-MEC en 2026. Sin embargo, la administración Trump podría adoptar una postura más flexible en temas institucionales, dependiendo de sus acuerdos en áreas como migración y combate al narcotráfico.
Los semiconductores y nuevas oportunidades
Un aspecto clave en las cadenas de suministro globales es el mercado de semiconductores.
Occidente busca reducir su dependencia de Taiwán y frenar las ambiciones tecnológicas de China. Esto ha generado tres impactos principales:
- Menor rentabilidad para grandes inversiones en chips de alta gama debido a restricciones hacia China.
- Posible sobreinversión en chips heredados que podrían saturar el mercado.
- Oportunidades emergentes para América Latina si Estados Unidos expande su capacidad de fabricación de semiconductores.
La administración Trump y su impacto en Latinoamérica: ¿Hay incertidumbre?
Según Ernesto Revilla, jefe de economía para Latinoamérica en Citigroup, aunque su primera presidencia no alteró radicalmente los patrones de comercio global, en esta ocasión podría haber mayor libertad para implementar medidas como subir tarifas o bajar impuestos corporativos.
Estas políticas, aunque pueden beneficiar a ciertos sectores estadounidenses, podrían aumentar la inflación y las tasas de interés, afectando negativamente a las economías latinoamericanas. Además, aunque Estados Unidos sigue siendo un socio comercial clave, China lidera en países como Chile, Perú, Brasil y Argentina.
Revilla destaca también que la transformación de la economía estadounidense hacia una base más orientada a servicios ha consolidado a China como el principal proveedor de bienes para América Latina.
En definitiva, Latinoamérica tiene un papel potencialmente transformador en el comercio global. Aprovechar estas oportunidades requerirá diversificación, innovación y políticas estratégicas. El friendshoring y el nearshoring son caminos prometedores, pero no garantizan el éxito sin esfuerzos para añadir valor a las exportaciones.
Como destaca AméricaEconomía, el futuro comercial de la región estará moldeado tanto por factores externos, como las políticas de grandes potencias, como por las decisiones internas de sus gobiernos y empresas.
¿Será Latinoamérica capaz de adaptarse a este nuevo orden global? Solo el tiempo lo dirá.
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